Con la temporada de esquí a punto de terminar y las vacaciones de Semana Santa en la puerta, seguro que muchas estáis pensando en realizar una escapa para disfrutar de las nevadas que estos días atrás han caído en nuestras montañas.
Si tenemos pensado esquiar o simplemente disfrutar de la montaña no debemos confiarnos, tener en cuenta que nuestra piel es muy sensible a los rayos ultravioletas (UV) y que en alta montaña su incidencia es mayor que si estuviéramos en la playa en verano.
La atmósfera nos proporciona protección frente a los rayos ultravioletas, tanto rayos UVA que en dosis adecuadas resultan muy beneficiosos para la piel y el organismo, como rayos UVB bastante más dañinos para la piel y que en grandes dosis son los responsables de las quemaduras y rojeces que incluso a la larga favorecen la aparición de cáncer de piel.
Esta protección atmosférica va perdiendo su efectividad, no solo por la reducción de la capa de ozono, sino porque a medida que ascendemos nuestra piel se encuentra más expuesta a los peligros de los rayos UV, se calcula que de media cada 1.000 metros que ascendemos aumenta un 15% los efectos que estos rayos producen en nuestra piel, además si vamos a andar por la nieve, debemos saber que esta produce un efecto espejo, lo cual provoca una doble incidencia de los rayos en nuestra piel. Para hacernos una idea del potencial de la nieve, la arena de la playa refleja un 15% de los rayos UV que le llegan, el agua y la espuma del mar lo hacen con el 25% de los rayos UV, mientras que la nieve refleja un 80%, una cifra totalmente abrumadora.
Además existe otro detalle que debemos tener en cuenta, las horas de mayor incidencia del Sol son de 11 a 15 horas, y será durante este periodo cuando más nos expondremos en busca de sus rayos para calentarnos.
En definitiva, es muy importante protegerse de los rayos del sol, así que vamos a ver como hacerlo de una manera correcta y efectiva y que partes son las más delicadas y sensibles.
- Uso de protector solar. Aplicar un protector solar con factor de protección mínimo de FSP30 aunque lo recomendable sería FSP50. De esta manera evitaremos quemazos, manchas y minimizaremos el riesgo de un envejecimiento prematuro de nuestra piel. Aplicándola 15 minutos antes nos aseguramos que la piel la ha absorbido correctamente.
- Aplicar crema asiduamente. Hay que tener en cuenta que vamos a estar haciendo deporte, por lo tanto vamos a sudar, la nieve y el aire nos va a golpear en la cara restando efectividad a nuestro protector, por lo que es conveniente cada poco tiempo volver a aplicar el protector, ¿lo ideal? Cada dos horas sería perfecto.
- Cuida tus labios. Con el frío intenso es muy fácil que nuestros labios se agrieten, con la consiguiente sensación de tirantez, sequedad e incluso dolor y sangrado. Esto se debe a la deshidratación que se produce por los efectos del frio y del viento y la mejor manera para combatirlo es la utilización de protectores labiales con un factor de protección elevado. Un consejo: no humedezcas los labios con la lengua, de esta manera aumentamos el efecto del frío y favorecemos que se resequen.
- Protección para las manos. Las manos son una de las partes de nuestro cuerpo que más sufren en invierno y más en la nieve, el contacto con el frío, viento, nieve… además el uso de guantes tampoco ayuda mucho. Mantenla hidratada para evitar sequedad y tirantez, utiliza una buena crema hidratante antes y después de practicar esquí o simplemente pasear
- No olvides: orejas, nariz y pómulos. Por su estructura, son muy vulnerables al frío, además suelen estar muy expuestas, por lo que debemos hacer lo posible por protegerlas, mediante protector solar y si es posible tápalas. Son los puntos más prominentes y por lo tanto los primeros en quemarse.
- Cuidado con tus ojos. Es una zona altamente delicada, si no utilizamos una protección adecuada pueden aparecer lesiones oculares, como por ejemplo la “ceguera de la nieve” que afecta a los dos ojos y produce dolores intensos, lagrimeo constante, y disminución de la visibilidad. Con dos horas de exposición continua a los rayos UV sería suficiente para causar esta ceguera, eso si, tras 24 o 48 horas se vuelve a la normalidad. Por ello protege tus ojos adecuadamente, únicamente debes utilizar gafas con filtro UV, existen 5 niveles de protección, que van del 0 al 4, siendo estas últimas las idóneas para practicar deportes de inviernos ya que filtran un mínimo del 75% de los rayos UV. Tampoco te olvides de proteger la piel que rodea tus ojos con protectores solares para zonas delicadas.
A todo esto no hay que olvidar la ropa de abrigo, ligera y transpirable que no nos reste movilidad pero que abrigue, además de gorros, bufandas, guantes, botas…
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1 comentario
Solares Anthelios de La Roche Posay. | · 14 marzo, 2016 a las 15:52
[…] frente a unos rayos solares cada vez más intensos. Hace unas semanas escribí un artículo sobre como proteger tu piel en alta montaña, el cual te recomiendo que […]